LAS MUJERES EN LA MÚSICA


GRANDES MUJERES DEL
MUNDO DE LA MÚSICA






¡Hola a todos! Con motivo de la conmemoración del 8 de marzo, día de la mujer, he preparado una página en la que podamos conocer a grandes mujeres del mundo de la música. Son mujeres que lucharon en un mundo que las señalaba solo por querer hacer lo que más les gustaba: interpretar, dirigir, componer,... en un mundo en el que los hombres no querían dejarles ocupar el sitio que les correspondía, y solo porque eran mujeres. Mucho tiempo ha pasado, muchas mujeres han luchado, y han abierto el camino para que hoy en día se hayan roto esas barreras injustas y sin sentido. Aún queda mucho por recorrer, pero debemos agradecerles a ellas su valentía, porque rompieron las murallas y nos abrieron el camino...



HILDEGARD VON BINGEN  (1089-1179)

La música ocupó un lugar distintivo en la vida, la obra y el pensamiento de Hildegard Von Bingen, autora polifacética medieval que escribió numerosos tratados y magníficas composiciones.

Hildegard otorgaba a la música —y al canto de alabanzas en particular— una función activa en la historia de la humanidad. Hildegardconsidera que la música es capaz de una transformación personal, y también colectiva, ya que entiende la práctica musical como una forma de cohesión social, en un momento histórico que es recordado como la época de las cruzadas.




Hildegard Von Bingen nació en Alemania, y procedía de una familia aristocrática.

Hildegard afirmaba que componía cantos y melodías para alabar a Dios y a los santos sin haber recibido nunca una formación específica, y que los interpretaba pese a no haber estudiado la notación musical ni el canto.

Además de obras musicales, tuvo una gran actividad como escritora, que empezó a la edad de 42 años, un momento fundamental de su vida. En un escrito decía que la “voz del cielo” le ordenó “decir y escribir” lo que “veía y escuchaba”. Su producción literaria abarca textos teológicos, botánicos y medicinales. Se le considera una de las escritoras con mayor producción en la Baja Edad Media.

En un monasterio dominado por hombres, Hildegard fue elegida como abadesa de las mujeres, y encabezó la salida de las monjas del monasterio en Disibodenberg, para fundar el primero de dos monasterios exclusivamente de monjas: Rupertsberg, en 1150 y en Eibingen, en 1165.

Además fue autora de un extenso repertorio musical del que se conservan 70 obras con letra y música, himnos, antífonas y responsorios, compilados en la obra Symphonia armoniae celestium revelationum, (Sinfonía de la Armonía de Revelaciones Divinas).

Fue la única y primera mujer a la que la Iglesia le permitió salir del monasterio a predicar en diferentes pueblos del imperio.

Su prestigio entre sus contemporáneos llegó a tal extremo que fue conocida en su época bajo el apelativo de “La Sibila del Rin”.

Hoy es considerada Santa para la Iglesia Católica.





ÉLISABETH JACQUET DE LA GUERRE ( París, 1665 - 1729)




Élisabeth Jacquet de La Guerre pertenecía a una familia de músicos, profesores de música y constructores de claves.
Élisabeth comenzó la interpretación de instrumentos de tecla a edad muy temprana, siendo presentada por su padre al rey de Francia, Luis XIV, con sólo cinco años de edad. Pronto se trasladó a Versalles, y allí permaneció interpretando música en la corte francesa.
Actuaba en conciertos públicos y privados, impartiendo lecciones particulares como clavecinista y componiendo obras. Un ejemplo es su ópera   Céphale et Procris, que obtuvo un gran éxito. También compuso un ballet por encargo de la corte de Versalles, Les jeux à l’honneur de la victoire (1691).​
En 1715 publicaba su última gran obra, el tercer libro de Cantates françoises.
Su última obra conocida fue un coral encargado para celebrar la recuperación del rey Luis XIV
de una infección de viruela, lo cual nos da una idea del prestigio que consiguió como compositora. 

Aquí tenéis una de las obras de esta compositora, el Presto de la Sonata nº 2.




LA COMPOSITORA FRANCESCA CACCINI  (1587-1641?)

Francesca nació en el seno de una familia de artistas de Florencia. Ella era la hija pequeña, a la que los suyos llamaban cariñosamente Cecchina, y pasaría a la historia como la primera compositora de óperas. Dotada de grandes dotes musicales, tocaba varios instrumentos y compuso muchas obras. Solamente una ópera ha llegado hasta nuestros días. Su memoria también fue olvidada.
Francesca Caccini nació el 18 de septiembre de 1587 en Florencia. Su padre, Giulio Caccini, era cantante y compositor reconocido en la corte florentina de los Médici. Su madre, Lucía Gagnolanti también se dedicaba al canto. Francesca recibió una amplia educación humanista así como una extensa formación musical de manos de su propio padre. Fue en la boda de Enrique IV donde actuó por primera vez en público, encandilando de tal modo a la nueva pareja real que pidió a su padre que permanecieran en la corte francesa, a lo que se negaron las autoridades florentinas quienes reclamaron la vuelta de la familia Caccini junto a los Médici.


La intérprete de laúd | Orazio Gentileschi. 
Presumiblemente un retrato de Francesca Caccini. Wikimedia Commons

Francesca dedicó aquellos años a ejercer como profesora de música, a tocar varios instrumentos, como el laúd y el arpa, y a cantar y empezó a componer. En 1607 se casaba con otro músico de la corte florentina llamado Giovanni Battista Signorini, con quien tendría una hija, Margherita. En aquellos años, además de abrir una escuela de música, Francesca se convirtió en una de las músicas mejor pagada en Florencia y en una compositora prolija. Junto al poeta Miguel Ángel Buonarroti el Joven (sobrino nieto del gran artista del Renacimiento), Francesca Caccini compuso varias canciones.

En febrero de 1625 estrenaba La liberazione di Ruggiero, considerada como la primera ópera compuesta por una mujer, y la única de las cinco que compuso Francesca que sobrevivió. La obra, compuesta en ocasión de la visita del príncipe Ladislao Segismundo a Italia, tuvo tanto éxito que se convertiría también en la primera ópera italiana en interpretarse fuera de las fronteras italianas, concretamente en Varsovia, en 1628.

En diciembre de 1626 fallecía su esposo y pocos meses después volvía a casarse con un noble originario de Luca, Tommaso Raffaelli, con quien tuvo un hijo. Tommaso fallecería cuatro años después. De vuelta a Florencia con sus dos hijos, hacia 1634, Francesca Caccini  volvió a trabajar al servicio de los Médici. A 
partir de 1641 no se volvió a saber nada de ella. 
(www.mujeresenlahistoria.com)

CLARA WIECK (1819 - 1896)


Pianista, compositora y profesora de piano. Fue una de las grandes concertistas europeas del siglo XIX, y su carrera fue clave en la difusión de las composiciones de su marido, Robert Schumann. 
Considerada como una de las pianistas más distinguidas del romanticismo, comenzó a hacer giras de conciertos a los 11 años, teniendo gran éxito en ciudades como París y Viena.

En 1867 fue nombrada la primera mujer profesora del Conservatorio de Francfort. Su fama atrajo a estudiantes del extranjero y enseñó solo a alumnos avanzados, en su mayoría mujeres jóvenes.

Desarrolló su labor como concertista durante 61 años.

Compuso piezas para piano solo, un Concierto para piano, música de cámara, piezas corales y canciones.




Aquí os dejo un precioso Scherzo para piano de Clara Wieck.




LA COMPOSITORA LILI BOULANGER  ( 1883 - 1918)


Lili Boulanger nació el 21 de agosto de 1893. Era parte de la tercera generación de una familia de músicosEl padre, Ernest Boulanger (1815-1900) fue compositor y director de orquesta y recibió el codiciado “Prix de Rome” a la edad de 19 años, pero luego se dedicó al canto y en 1871 se convirtió en profesor de canto en el Conservatorio de París. Se casó con una de sus alumnas, 43 años más joven, la rusa Raïssa Myschetsky (1858-1935).
Mientras que a su hermana Nadia inicialmente no le gustaba la música. Lili Boulanger empezó a cantar a la edad de dos años y medio. Sin embargo, enfermó de bronconeumonía, de la cual no se recuperó por completo a lo largo de su vida. Las enfermedades infecciosas frecuentes en el tracto gastrointestinal le atormentaron para siempre.
La primera composición de Lili Boulanger fue escrita en 1900, probablemente con motivo de la muerte de su padre. La composición, de la cual solo se quedan bocetos, se llama “La lettre de mort”.



Su primera aparición pública fue el 5 de septiembre de 1901, donde actuó como solista de violín. Además del violín, también tocaba violonchelo, arpa y piano.
En 1909 fue admitida oficialmente en el conservatorio, y fue una de las primeras alumnas de composición.
En los primeros años de Lili (1910-1911) en el conservatorio, frecuentemente  tuvo que permanecer fuera debido a sus continuos problemas de salud. Desde el año 1912, Lili Boulanger parece haberse centrado específicamente en obtener el prestigioso “Prix de Rome”.
File:Nadia et Lili Boulanger 1913.jpg
Nadia y Lili Boulanger en 1913. Fotografía: Agence Meurisse

El primer paso, la admisión oficial a la clase de composición del Conservatorio de París, fue solo una cuestión de forma: su talento, la red de contactos dentro del prestigioso centro y la reputación de sus antepasados ​​allanaron el camino para ella.
Sin embargo, debido a su salud, tuvo que abandonar este objetivo en mayo de 1912. Durante los siguientes seis meses, la enfermedad no le dejó más remedio que tomar un descanso obligatorio.
El año 1913 finalmente le trajo el éxito deseado. Ella ganó el “Prix de Rome” a la edad de 19 años por la cantata compuesta para la ocasión “Faust et Hélène”, siendo la primera mujer en conseguirlo. Con este premio, ahora se la consideraba oficialmente como compositora, era financieramente independiente e inmediatamente firmó un contrato con la editorial Ricordi. Los premiados con el “Prix de Rome” se quedaban en la Villa Medici de Roma para ampliar sus estudios. comenzaron en marzo de 1914 y tuvieron que interrumpirlo en agosto de ese año por el estallido de la Primera Guerra Mundial.

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Lili Boulanger con sus Compañeros en la Villa Medici de Roma (1914)

Desde 1915 en adelante, Lili Boulanger, junto con su hermana, se dedicó a tareas caritativas hasta su muerte, a favor de colegas del Conservatorio reclutados para el frente. Después de un descanso de un año y medio, regresó a Roma en febrero de 1916. Su enfermedad se hizo cada vez más implacable, a menudo atándola a la cama e interfiriendo con su trabajo creativo en Villa Medici. En junio de ese año, regresó a París.
En su trabajo, los acordes oscuros de “Dans l’ inmensa tristesse” reflejan su estado de ánimo en ese momento, que se caracterizó por períodos de depresión severa. En febrero de 1917, abandonó París por orden de su médico, para someterse a una cirugía. Pero el éxito fue de corta duración. Consciente del poco tiempo que le quedaba, Lili Boulanger se esforzó por completar composiciones previamente iniciadas, principalmente las religiosas. A la edad de 24 años, el 15 de marzo de 1918, Lili Boulanger murió de la enfermedad de Crohn y fue enterrada en el cementerio de Montmartre.
Debido a su precaria salud, muchas de las obras de Lili Boulanger solo están disponibles en bocetos, están incompletas o perdidas. De las 64 obras catalogadas, se publicaron 24, 12 no se publicaron, 10 están incompletas o en boceto y se perdieron 18.

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La vida y el trabajo de Lili Boulanger están bien documentados, sobre todo por la información proporcionada por su hermana Nadia. Su trabajo se caracteriza por una profunda religiosidad que probablemente se reafirma por el reconocimiento de la brevedad de su vida acortada por su enfermedad. Al menos 15 de sus 64 obras son religiosas. Otros trabajos transmiten ya en el título un sentimiento bastante pesimista. 
Entre sus composiciones destacan el Salmo XXIV, Salmo CXXIX (1916), Salmo CXXX  (Du Fond de l’abîme) (1916) y la “Vieille Prière Bouddhique”, que son consideradas sus cuatro obras maestras. Dejó sin concluir la ópera que escribió sobre La Princesse Maleine de Materlinck y, además, de su larga producción también pueden citarse “Pie Jesu”  (1918) y los poemas sinfónicos “D’un Soir Triste” y “D’un Matin de Printemps” (1918).
(Extraído de bibliotecas.unileon.es)
Os dejo aquí un vídeo con la interpretación del poema sinfónico "D´un Matin de Printemps".


LA DIRECTORA DE ORQUESTA ANTONIA BRICO (1902- 1989)

Antonia Louisa Brico nació en Róterdam el 26 de junio de 1902. Pero poco más sabía de sus orígenes pues siendo muy pequeña fue adoptada por una pareja, los Wolthuis, que le dieron un nuevo nombre, Wilhelmina. Cuando tenía cinco años, los Wolthuis emigraron a los Estados Unidos. Instalados en la ciudad de Los Angeles, Wilhelmina supo desde muy corta edad que quería dedicar su vida a la música por lo que compaginó durante años su educación con intensas clases de piano.

Foto: Wikimedia Commons

En 1919 descubrió su verdadera identidad y rompió los lazos con su familia adoptiva. Asumiendo su verdadero nombre, Antonia estudió artes liberales en la Universidad de California y tras graduarse se marchó a Nueva York para encontrar su lugar en el mundo de la música. Un lugar que no iba a ser fácil de alcanzar pues ya entonces maduraba en su interior el sueño de convertirse en algo que nunca había hecho una mujer: dirigir una orquesta. Ni que decir tiene que cuando expresó públicamente su intención de convertirse en directora las voces que se alzaron contra ella fueron muchas más que las que la apoyaron.

Lejos de rendirse, Antonia Brico continuó buscando la manera de alcanzar su sueño y demostrar al mundo que ser hombre o mujer no era elemento determinante para ser mejor o peor director de orquesta. En 1926 se fue a vivir a Hamburgo donde el director de orquesta Karl Muck accedió a enseñarle los entresijos de la profesión. Antonia siguió estudiando en Berlín donde en 1930 consiguió su sueño al dirigir por primera vez una orquesta, la prestigiosa Orquesta Filarmónica de Berlín.


By Bundesarchiv, Bild 102-09203 / CC-BY-SA 3.0, CC BY-SA 3.0 de, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5414454


Los críticos tuvieron que rendirse a la evidencia y aplaudieron su actuación. Sin embargo, Antonia Brico nunca consiguió ser reconocida del todo. El resto de su carrera, dirigió algunas de las más prestigiosas orquestas de música del mundo pero nunca consiguió ser nombrada directora titular. Siempre lo hacía como directora invitada y siempre soportando comentarios machistas o desaires de músicos o empresarios musicales que, en el fondo, eran incapaces de reconocer que era una buena directora. El hecho de ser mujer contaba más que su talento.

Antonia Brico dirigió las más prestigiosas orquestas del mundo, pero nunca fue admitida en ninguna de ellas como directora titular.

En 1934, cansada de tanto prejuicio, decidió crear su propia orquesta, la New York Women's Symphony, una orquesta formada única y exclusivamente por mujeres. El proyecto recibió el apoyo de la entonces Primera Dama de los Estados Unidos, Eleanor Roosevelt, y durante cuatro años fue todo un éxito. Sin embargo, cuando en 1939 aceptó la entrada de hombres músicos la orquesta inició su declive.

Durante años viajó por medio mundo mostrando su talento y acudiendo a decenas de audiciones para conseguir alcanzar su sueño de formar parte de verdad de una orquesta. Siempre recibió una negativa. En 1947 se instaló definitivamente en Denver donde aceptó dirigir una pequeña orquesta y se encargó de distintos proyectos musicales. Pero su nombre fue cayendo en el olvido.

En 1974 se estrenó un documental sobre su vida, dirigido por la cantante Judy Collins. A portrait of the woman, la rescató del silencio y en los últimos años de su vida recibió un reconocimiento tardío. Antonia Brico falleció en Denver el 3 de agosto 1989. Para entonces, aún no existía ninguna directora de orquesta con un puesto fijo en ninguna orquesta del mundo.

(Extraído de www.mujeresenlahistoria.com)




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